Más de 250 personas participaron del homenaje, que contó con la presencia del presidente del cuerpo Ramón Chiocconi, y de los concejales Alfredo Martín, Alejandro Ramos Mejía, Irma Haneck, Edith Garro y Carmen Giménez; de la Senadora Nacional Silvina García Larraburu y de las Legisladoras Arabela Carreras, Silvia Paz y Daniela Agostino. Además estuvieron el secretario de Gobierno Daniel NAtapoff, en representación de la Intendenta María Eugenia Martini y de otros funcionarios municipales, y la secretaria de Turismo de la provincia de Río Negro, Silvina Arrieta.
Chiocconi dio la bienvenida a los homenajeados y destacó el aporte de cada uno de ellos como forjadores de la historia de Bariloche.
Los vecinos que fueron homenajeados son los siguientes:
Arturo Melín: Nació el 5 de noviembre de 1928 en la ciudad de Viedma. Hijo de María Aguiar y Manuel Melin. Fueron 12 hermanos.
Estudió en Viedma y a los 18 años ingresó a la repartición policial de Río Negro, donde se desempeñó hasta 1958 como oficial en la división de investigaciones. Luego ascendería a jefe de comisaría de Mencué, donde se casa con Mercedes Brusain, con la que tuvo dos hijos, 4 nietos y dos bisnietos.
Más tarde comenzaría a dedicarse a la actividad privada hasta obtener la matrícula de martillero y corredor en 1961. En 1971 se radica en nuestra ciudad y comienza a trabajar de martillero. También realizó trabajo ad-honorem para el Jockey Club Bariloche. Años más tarde se haría cargo de la gerencia del mismo. Luego conformó una nueva familia con la señora Marcita Arbuto Flores, con quien tuvo a sus hijos Juan Cruz y Aylin.
Con 54 años de actividad ininterrumpida, Arturo se ha convertido en uno de los martillero mas antiguos de Bariloche.
Es un gran asador y pescador. Amante de la naturaleza, el esquí y la siembra.
Celestina Martinez: Nació en el paraje El Caín, cerca de Jacobacci. Estuvo en Viedma, llegando a Bariloche a los catorce años. Vivió en Colonia Suiza, radicándose en este barrio hace más de cincuenta años. Tuvo seis hijos que la hicieron abuela de ventisiete nietos y es también bisabuela.
Se destaca por ser solidaria, está siempre presente, dando una mano a otros vecinos antiguos. Solidaria y atenta, una caminadora incansable.
Feliberto Hernández: Nacido el 14 de septiembre de 1930 en nuestra ciudad, se crió y vivió toda su vida en Bariloche. Mayor de 8 hermanos, 5 varones y tres mujeres. Su padre fue Pedro Juan Hernández, de nacionalidad chilena y su madre, Juana Ortega, nacida en la provincia de Neuquén.
Se crió hasta los 8 años en la calle Albarracín, y fue a la Escuela del barrio Las Quintas, en Brown y Sarmiento.
Con 19 años comenzó a trabajar en aeronáutica, en los comienzos del aeropuerto, hasta 1951 que hizo el servicio militar, en la Marina Infante.
También trabajó en el correo, la policía, en la Escuela La Llave, en Parques Nacionales y la Municipalidad.
En 1959 conoció a Sofía Villalonco, con quien estuvieron juntos mas de 30 años hasta que ella enfermó y falleció. En 2013 se volvió a casar con Juana Cuevas.
Le gustan mucho los caballos desde toda su vida y ha tenido la suerte de criar varios.
Felina del Carmen Orozco: Nacida en 5 de agosto de 1943 en el Maiten, provincia de Chubut y criada en el paraje Buenos Aires Chico.
A los 12 años se muda a Bariloche y comienza a desempeñar tareas en el viejo Hotel Mascardi. A partir de 1965 comienza a realizar tareas domésticas en casas de distinguidas familias de la ciudad. También trabajó como portera de la Escuela Comercial Nº6.
En 1964, unida en matrimonio con el Sr. José Eladio Almonacid, nace su primer hijo Eladio, luego José Leonel, Jośe Luis y Nicolás Gabriel. De estos hijos tiene una hermosa herencia de 12 nietos y una bisnieta.
Se desempeñó por mas de 10 años en la cooperadora de la Escuela Nº185 y hace más de 15 años que participa activamente como presidenta de la Junta Vecinal Barrio Belgrano Suedeste “El Mallin”. Forma parte de Caritas Bariloche y realiza actividades comunitarias en la Comunidad VEN Y VE.
Militante afiliada de primera hora de la UCR y ferviente hinca de Boca.
Graziela Piloni Schenone: nació en Concepción del Uruguay, provincia de Entre Rios. En el año 1965 llegó a Bariloche para radicarse junto a su familia.
En ese entonces su hijo Pablo tenia 5 y su hija Graziela 2. Ellos cursaron sus estudios primario en el colegio Woodville y secundarios en el entonces Colegio Nacional, hoy denominado Dr. Ángel Gallardo. Graziela trabajaría allí con su titulo de Maestra Normal en la secretaria, orgullosa de hacerlo en el 1º secundario de la ciudad. También trabajó en la Escuela de Oficio Nº2. En 2007 se jubiló de la docencia.
Como parte de su historia social, participó varios años como volante, acompañada de su amiga Marisa Lamfré de numerosas carreras de regularidad, hasta el año 2002 en que lamentablemente se dejaron de realizar. Gracias a ellas conoció muchos parajes de la zona.
También, desde 1999 estuvo durante varios años como miembro del Rotary Club Nuevas Generaciones.
Está orgullosa y feliz de vivir en este maravillosa ciudad.
Irenía Sepúlveda: nació el día 3 de julio de 1923 en el Paraje Las Bayas, Provincia de Rio Negro. Hija de doña Ema Fuentes de Sepúlveda y de don José Abel Sepúlveda. Si bien nació el 3 de julio fue registrada el 23, aunque ella y su familia festejan el dìa 3.
A los 8 años, se trasladó junto a sus padres a Pilcaniyeu, y a los 15 una nueva mudanza la radicó en nuestra ciudad.
A los 21 años se casó con Juan Antonio Cárcamo, ciudadano chileno con el que tuvo 6 hijos, 4 mujeres y 2 varones. Tiene 17 nietos, 13 bisnietos y un tataranieto.
Trabajó siempre en el rubro gastronómico en prestigiosos hoteles, como el Llao Llao y Hotel Catedral.
Vive hace 60 años en el Barrio Lera de nuestra ciudad.
Irma Parra: Nacida el 19 de septiembre de 1941 en Bariloche, creció en el barrio Las Quintas, en calle Brown; donde también asistió a la escuela primaria y secundaria.
A los 16 años comienza a trabajar en la famosa Casa Gimenez, en calle Mitre. Luego trabaja en la tienda Confianza, sobre calle Moreno hasta quedarse, por varios años, en Casa León.
A los 30 años se casa con Enrique Beckedahl y tienen dos hijos: Daniel y Edgardo. Excelente madre, esposa y abuela, siempre dispuesta a ayudar a sus hijos, nietos y nueras.
José Mengolini: Llegó con su familia en el año 1950 cuando tenía 8 años. Vivió en Tiscornia y Quaglia y tiene gratos recuerdos de su infancia, como la confitería El Palenque de Mitre y Quaglia, y El Barquito, un barco en tierra que estaba en el kilómetro 3 donde conoció los panqueques con dulce de leche. De esa época, recuerda a su vecino y gran amigo Carlos Sanhueza. Cursó sus estudios primarios en la escuela 16. En 1955, a solo 5 años de haber llegado a la ciudad, a su padre le surgió un trabajo en importante en Buenos Aires y la familia se fue de la ciudad. Pero para ese entonces José ya se había enamorado de Bariloche y se prometió a sí mismo volver, lo que pudo cumplir en 1967. Vivió vinculado al mundo del ski y los deportes invernales, ya que no sólo se dedicó a la enseñanza sino que además fue un reconocido dirigente de ADIDES y otras instituciones vinculadas a la actividad.
Marcelo David: Con tan solo un mes de vida, Marcelo Alfredo David, fui traído a Bariloche por sus padres Alfredo Beltran David-Zwegers y Margarita Saettone y Cremona. Se crio y creció en la misma casa hasta 1955, en calle Rolando, desde que era un barranco de tierra. De hecho la pavimentación en zig-zag fue realizada a partir de la idea de Marcelo en 1965.
Realizó la escuela primaria en la Escuela N°16 y la secundaria en Colegio Nacional Angel Gallardo.
Ha trabajado en varios establecimientos de nuestra ciudad como fotógrafo, administrativo, disk-jockey, empresario gastronómico. Además ha mantenido una activa vida cívica, siendo parte de la Comisión Municipal organizadora de la Fiesta Nacional de la Nieve, colaborador del Rotary Club, socio vitalicio del Club Andino y Delegado Distrital de la CEB.
Casado con la médica y profesora Magda Homrich formó una hermosa familia de dos hijos y un nieto. Casado con la médica y profesora Magda Homrich formó una hermosa familia de dos hijos y un nieto.
Mercedes Velázquez: Nacida el 28 de noviembre del año 1936 en el paraje Arroyo Blanco, Departamento de Pilcaniyeu. Hija de Doña Rosa Velázquez, la menor de 5 hermanos.
A los 12 años de edad, junto a su mama, tuvo que hacerse cargo de sus sobrinos y del trabajo de campo. Durante su niñez y adolescencia se dedicó plenamente al trabajo.
Con 18 años se traslada a nuestra ciudad con su madre a la calle Albarracin y comienza a trabajar de empleada doméstica.
En 1961 nace su primer y única hija, Rosa Cristina Velázquez. Luego llegarían sus nietos: Natalia, Cristian, Alejandro y Flavia, quienes le darían 8 bisnietos.
En 1965 comienza a trabajar con el Sr. Raúl Fant y la Sra. Marta Gámez, en su casa como niñera y empleada domestica. En el año 2007 se jubila pero continúa trabajando con la misma familia hasta el año 2014.
Hoy, con sus 78 años se dedica a divertirse con un grupo de jubilados y disfrutar de sus bisnietos.
Ofelia Vargas de Matuscheski: “la Ofe”, nació el 14 de febrero de 1925 en Bariloche, aunque fue anotada el 7 de marzo del mismo año.
Sus padres fueron Don Benito Vargas, chileno, hijo de españoles y Doña Elena Gallardo, también chilena; quien llegó a este pueblo en 1905 junto a su abuela Candelaria Gallardo. Benito y Elena, padres de Ofelia, siempre se consideraron argentinos y barilochenses, y nunca regresaron a Chile.
Elena y Candelaria se establecieron en Palacios 540, donde Elena crió a sus cinco hijos: Esther, Antonio, Benito,Maria Luisa y Ofelia.
Ofelia trabajó desde muy joven en lugares tradicionales de la ciudad como Casa Caram y Gran Tienda Bariloche.
En abril de 1950 se casó con Eduardo Román Matuscheski, apodado “El yeguerito”. Juntos tuvieron tres hijas que les dieron 11 nietos y 10 bisnietos.
Osvaldo Bahamonde: nació el 20 de septiembre de 1928 en la ciudad de El Bolsón.
En el año 1955 llega a San Carlos de Bariloche; recuerda que en aquel momento había muy pocas viviendas y el terreno era mayormente de mallin. Con tal solo 12 años ya trabajaba en la cordillera con bueyes. Con el tiempo comienza a desarrollar la plomería como profesión. Se casó con María Claudina Valles y tuvieron 7 hijos, 4 mujeres y 3 varones. Tras 60 años de casados, quedó viudo. Luego llegarían los 24 nietos y 7 bisnietos. Hombre de muchos amigos y grandes curantos.
Fredy Castaño: En el mes de abril de 1968 llega a Bariloche con su mujer y su hijo de 3 años, contratado por Carlos Botazzi para trabajar en la fabrica de muebles metálicos. Pero más tarde, su amigo Dietrch Jeager, le sugirió que se dedicara a la limpieza de vidrios, y animado por este, comenzó a caminar las calles de la ciudad con su balde en mano.
También trabajó en el frigorífico que se estaba construyendo en el Ñireco. Durante cuatro años trabajó y vivió allí; pero luego volvió a limpiar vidrios, oficio que sin saberlo haría durante 36 años.
Hoy con 79 años, 2 hijos, 4 nietos y un bisnieto, es el más reconocido y querido limpiavidrios de nuestra ciudad.
Reginalda Villagrán: Nacida en San Martín de los Andes 6 de enero de 1936, con tan solo 3 meses vino a vivir con sus padres Paula Arias y Carlos Villagran, a la ciudad. Se crió en la calle Elordi y Fagnano y fue al colegio 185. Mayor de 6 hermanas mujeres.
A los 17 años conoció a José Aguilar, con quien se casó el 13 de agosto de 1958 y tuvieron 4 hijos: José Alberto, Gladys Cristina, Estela Maris y Elba Patricia.
Trabajó como mucama y cafetera en el Hotel Quillen y el Hotel Flamingo.
Desde hace 25 vive en barrio Vuriloche I y tiene 10 nietos y 16 bisnietos.
Con 79 años estudia y baila folclore.
Ricardo Altamirano: Nacido en Quitilipi, Chaco. Llegó a Bariloche en el año 1952, vivió siempre en Barrio Virgen Misionera. Casado con Juana Lugo, tuvo cuatro hijos, de los cuales nacieron cinco nietos y un bisnieto. Integrante de la Gendarmería Nacional, tuvo a su cargo el control de la navegación del Nahuel desde el puesto establecido en Playa Bonita.
Junto a su esposa instalaron la primera despensa del barrio, y como fue uno de los primeros que tuvo movilidad en la zona, colaboraba llevando a las personas que lo necesitaran “al pueblo”, aún en horas de la noche. Activo vecino, participó siempre de las fiestas barriales.
Rogelio Gualmes: Nacido en Comallo, llegó a los dos años a Bariloche. Vivió un tiempo en Puerto Moreno y a los ocho años, se instalaron junto a sus padres en Virgen de las Nieves, trabajando en tareas rurales, pastaje de animales, haciendo leña y llevándola en un carro tirado por bueyes hasta el centro. Salía a la madrugada para llegar a las dos de la tarde y distribuirla.
En el barrio Virgen Misionera se instaló hace cincuenta años. Tiene cuatro hijos, diecisiete nietos y bisnietos. Trabajó en albañilería. Gustoso de las fiestas gauchas; vecino muy activo, participó de la primera Junta Vecinal
Rubén Ferreyra: El primero de octubre de 1951 llegó en tren desde Monte Grande con 22 años.
Después de pasar brevemente por el entonces “Centro Atómico Huemul”, trabajó como empleado de almacén en la Compañía Lausen, donde estuvo cuatro años y medios. También repartió volantes por la ciudad, trabajo que le ofreció su tío Roque Ferreyra. Formó parte de la Acción Católica Argentina. Se casó a los 48 años y tuvo tres amadas hijas que posteriormente lo convirtieron en abuelo de 8 nietos. Escribe literatura y poesía desde que era sereno en la residencial Trevi, hoy Hotel King.
Ursula Silva: Nació en Chacay Huarruca y llegó a Bariloche en 1944. Vivió en el barrio Virgen Misionera durante 57 años.
Trabajadora incansable, ama de casa y madre y padre de 6 hijos que la hicieron abuela, bisabuela y tatarabuela.
Siempre ha colaborado activamente en las organizaciones y escuelas del barrio. Integrante del Equipo de Tierras; se ha destacado en la lucha por la tierra en Virgen Misionera y se ha convertido en una gran defensora de la canchita del barrio.
Ursula tiene 6 hijos, 19 nietos, 37 bisnietos y 3 tataranietos.
Zulema Sandoval: Nació en El Maitén – Chubut, estuvo en Las Bayas y llegó a Bariloche con su papá “a caballo”. Vive desde 1937 en el barrio Virgen Misionera. Trabajó en hotelería y con las familias de la zona en las casas del Ejército. Tuvo quince hijos, que la hacen abuela, bisabuela y tatarabuela de incontables nietos. Caminadora, les gusta mucho visitar a sus hijos, pero como son muchos, entre ellos se preocupan y se preguntan cuando hace sus visitas: ¿con cuál de los hijos e hijas estará?.
Es colaboradora y participa de las actividades de las organizaciones y escuelas del barrio. Alumna del Taller Mugica e integrante del Equipo de Tierras, en donde las abuelas del barrio se han destacado siempre en la lucha por los derechos de la tierra en Virgen Misionera.