El presidente del cuerpo, Ramón Chiocconi, dirigió la ceremonia que contó con la presencia además de los ediles Carlos Valeri, Leandro Lescano, Alfredo Martín, Irma Haneck, Edith Garro, Elena Welleschik yMauro Gonzalez.
Se trata del tercer reconocimiento que el cuerpo legislativo organiza bajo la misma modalidad, con la producción de señaladores con una breve reseña de las mujeres destacadas y la elaboración de una publicación gráfica donde constan todas las historias.
Las mujeres y agrupaciones que fueron reconocidas son las siguientes:
Damas de Rosa: Se trata de un grupo integrado por mujeres voluntarias que trabaja desde 1996 asistiendo a los enfermos, en particular a los más carenciados, cubriendo necesidades asistenciales y acompañando a los pacientes y sus familiares en pos de ofrecer una mejor calidad de internación.
Carmen Miranda fue una de las fundadoras y hoy preside la organización que cuenta con 16 mujeres que se desempeñan de lunes a viernes en el Hospital Zonal, aunque también colaboran con los centros de salud periféricos. Su principal tarea es ayudar a las enfermeras y atender a los pacientes, ofreciendo una desinteresada ayuda basada en una gran vocación de servicio.
Las Damas de Rosa entregan pañales, confeccionan ropa y organizan donaciones, además de capacitar a las voluntarias para optimizar su trabajo, con el fin de ser una organización modelo y referente en el ámbito del voluntariado hospitalario.
“Se trata de ofrecer nuestras manos y nuestro corazón. No se necesitan expertos, sólo ganas de ayudar”, resume su fundadora.
Nelly Hedwig Frey de Neumeyer: Hija del ingeniero Emilio Frey y esposa del doctor Juan Javier Neumeyer, comenzó a caminar por las montañas de muy pequeña y fue la primera mujer en ascender el volcán Lanín.
A los 19 años se recibió de maestra en Santa Fe, tras lo cual regresó a Bariloche para convertirse en una de las primeras educadoras del pueblo. Nelly fue maestra de alma, serena y paciente. Junto a otros vecinos fundó la Escuela 16 y el Instituto Mariano Moreno, primer colegio secundario de la ciudad, así como la Escuela Antú Ruca, la primera de gestión social.
En 1957 presidió la Convención Constituyente que dictó la Constitución de Río Negro. En Bariloche, fue Concejal Municipal entre 1973 y 1976 y en 1987 integró la Convención Municipal que diseñó y promulgó la primera Carta Orgánica.
Una de sus grandes pasiones fue la horticultura, lo cual se podía apreciar en el legendario jardín y huerta de su casa. Fue socia fundadora de la Asociación de Horticultura de Bariloche. Activa y entusiasta, participó también en la Biblioteca Popular Sarmiento y en el Museo de la Patagonia. Murió el 15 de julio de 2014, a los 100 años. La distinción fue recibida por su nieta Bárbara.
Lučka Kralj de Jerman: Nacida el 4 de junio de 1934 en la ciudad de Gorizia (en ese momento parte de Yugoslavia), Lučka Kralj de Jerman emigró a Argentina en 1948 junto con su madre y sus hermanos.
Ya radicada en Bariloche, en marzo de 1969 fundó el Coro de Niños y Jóvenes Cantores, integrado por niños y jóvenes de ocho a veinte años de edad de nuestra comunidad. El Coro ha ofrecido numerosas audiciones en Bariloche y otras ciudades, como los tradicionales conciertos anuales “Navidad Coral”. Lučka incorporó la tradición popular eslovena y del centro de Europa en su conjunto, combinándolo con la idiosincrasia que formó a la ciudad de Bariloche.
Enseñó a cuidar y valorar el arte del canto, con el objetivo de grabar en los corazones de los niños y jóvenes el amor y la pasión por la música, buscando la formación integral del cantor, desarrollando su sensibilidad y cualidades humanas. Grabo cuatro discos, siendo el primero “Vivimos en Nuestras Montañas”, editado a fines del año 1971. Junto al Coro de Niños y Jóvenes Cantores de Bariloche, Lučka realizó viajes a Europa, destacándose la presentación ante el Papa Juan Pablo II, lo que le valió el reconocimiento internacional.
Su incansable labor le reportó distintos lauros: fue galardonada con el premio “Galluss” del Ministerio de Cultura de Eslovenia por la mejor dirección coral de coros de niños, recibió la mención de Honor del Senado de la Nación por su aporte en el ámbito social y cultural de la Patagonia y fue declarada Ciudadana Ilustre de Bariloche.
También contribuyó en el ámbito social, trabajando en comedores del alto barilochense, en la Escuela 255 y luego en los barrios más carenciados de la ciudad. Actualmente alterna su tiempo entre Buenos Aires y Bariloche, disfruta de sus dieciocho nietos y convoca a sus ex cantores a grabar trabajos y cantar juntos.
Nélida Domínguez de Fernández Panizza: A lo largo de su vida participo de numerosos cursos, talleres y seminarios, demostrando un ávido interés por diversos temas. En Bariloche, Nelly se convirtió en un ejemplo de compromiso, organizando todo tipo de eventos para recaudar fondos. Junto a Aldea Infantil, Asociación que preside desde 1991, construye ciudadanía en el barrio El Vivero. En 2005 inauguró la Escuela Pública de Gestión Social Cailén, que tiene como objetivo brindar una mejor calidad de vida a los niños del barrio que se encuentran en situación de vulnerabilidad social y promover oportunidades de desarrollo para las familias.
Recibió varios reconocimientos: el Premio Mujeres Ilustres Argentinas, otorgado por la Biblioteca del Congreso por su lucha en pos de los derechos de la mujer, y los premios Mujer a la Labor Comunitaria, Premio al Emprendedor del Cambio Social y Eva Perón, todos ellos en nuestra ciudad.
Inquieta e incansable, hoy dedica su tiempo a ayudar al prójimo, involucrándose en las problemáticas del barrio. Su próximo sueño es la construcción de un gimnasio para la Escuela Cailén, sabiendo que el deporte incluye y brinda valores esenciales para los jóvenes.
BALCEC: la Asociación Bariloche de Lucha Contra el Cáncer fue fundada en Bariloche el 9 de mayo de 1969. Su objetivo es mitigar los efectos del cáncer mediante la prevención, educación y diagnostico oportuno. También fomenta la creación de nuevos centros de diagnóstico, equipa a los ya existentes, capacita a profesionales y estimula la investigación científica para averiguar causas y buscar nuevas formas de tratamiento.
Con el tiempo, las actividades se diversificaron: actualmente también se realizan estudios ginecológicos, controles de próstata, tratamientos de tabaquismo, solicitan internaciones, ayudan a los enfermos sin recursos económicos y brindan información y conferencias.
Hasta 2013 atendieron en el Hospital Zonal. Ese año, inauguraron sus instalaciones propias, en el primer piso de la Galería Michell. La satisfacción principal para sus integrantes radica en los resultados que se logran en las tareas comunitarias.
Actualmente, Nélida Maldonado preside la organización que cuenta con una importante cantidad de personas que día a día prestan su colaboración. El lema de BALCEC reza: Prevenir para vivir y detectar para curar.
Catalina Reynal : fue una de las principales precursoras de las escuelas de esquí en Bariloche, especialmente en su carácter social, permitiendo que jóvenes barilochenses que no disponían de recursos pudieran contar con el equipamiento y la instrucción.
Catalina fue alumna de la Escuela Argentina de Esquí y la idea de generar una escuela germinó en 1942, cuando vio a varios chicos intentando esquiar con rudimentarias tablas atadas con tientos.
A fuerza de voluntad y financiando con sus propios medios, en 1943 inauguró la Escuela Catalina Reynal. El objetivo consistía en lograr que todo el pueblo de Bariloche tuviese la posibilidad de practicar el esquí. Con el tiempo, su iniciativa generaría un grupo de corredores y futuros campeones. De esta manera contribuyó gradualmente a la obra del Club Andino al formar nuevas generaciones de esquiadores.
El primer año participaron 12 chicos, mientras que en 1945 llegaron a ser 30. El entusiasmo y aporte se prolongaron por mucho tiempo y la escuela funcionó durante 10 años consecutivos. Catalina premiaba a los mejores esquiadores con viajes, entendiendo que esto les otorgaba un crecimiento cultural y social.
En 1948 financió el traslado de la delegación barilochense que participó de los Juegos Olímpicos de Saint Moritz en Suiza. Todos sus alumnos y amigos la recuerdan como una mujer emprendedora y comprometida con sus pares. En su honor, actualmente la plaza del Cerro Catedral lleva su nombre. La distinción fue recibida por tres de sus alumnos: Pablo Rosenkjer, Julio Fernández y Vicente Ojeda.
Filomena Toro: Hija de padre minero, nació en el pequeño pueblo de San Eduardo, en la provincia de Neuquén. Pasó su niñez junto con sus 11 hermanos entre Río Turbio y Villa Llanquín, localidad en la cual se radicó la familia cuando ella tenía 12 años.
Luego de concluir sus estudio para auxiliar de enfermería se perfeccionó en ese área y desde hace 30 años de desempeña como enfermera en el Hospital Zonal de Bariloche. Gracias a su iniciativa y a su trabajo, logró la creación de una salita de primeros auxilios en Villa Llanquín, lo cual representó un avance para la localidad, brindando un servicio indispensable para sus habitantes. El lugar funciona desde hace cuatro años y es atendido por Filomena y un agente sanitario.
Filomena tiene un gran interés por la Horticultura, lo que la llevó a trabajar en la Feria Franca que se realiza en la Plaza Belgrano, vendiendo productos frescos que trae directamente desde Villa Llanquín.
También tiene una importante participación sindical, ya que defiende activamente los derechos de los trabajadores como Secretaria de Acción Política dentro de la Asociación de Trabajadores del Estado a nivel Provincial.
Verónica Grunfeld: nació en Buenos y estudió en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires y fue parte de la primera tanda de becarios del Instituto de Física creado en Bariloche en 1955, convirtiéndose en la primera egresada y abriendo el camino a muchas otras colegas.
Realizó estudios post doctorado en la Universidad de California en Berkeley, regresando en 1964 a la Argentina para continuar como investigadora y docente en el Centro Atómico Bariloche.
Fue miembro fundadora junto con otros colegas de la Sociedad Argentina de Física Médica y colaboró en la organización de Maestrías en Física Médica en la Universidad de Buenos Aires y en el Instituto Balseiro. También participó de talleres de capacitación para docentes de ciencias y matemáticas de nivel secundario y terciario durante más de 25 años, lo que derivó en la edición de un libro llamado “El Caballo Esférico: Temas de Física en Medicina y Biología”, apreciado y utilizado por muchos docentes.
Hoy en día, ya jubilada, sigue activa como docente de la Maestría de Enseñanza de las Ciencias de la Universidad Nacional del Comahue.
Graciela Elina Belli : nació en Cinco Saltos, donde transcurrió su infancia, cursando la primaria en la Escuela 88 y la secundaria en el Colegio Ceferino Namuncurá. Se recibió de Maestra Normal Superior, vocación que la acompañaría el resto de su vida.
Su búsqueda de respuestas y la necesidad de transformar la realidad la llevaron a estudiar la carrera de Historia y Geografía en la Universidad del Comahue en Neuquén. Fe y militancia política fueron juntas poniendo en riesgo su vida en los años de la dictadura, época en la que conoce al Padre Juvenal Currulef, compañero de sueños, convicciones y concreciones.
En 1989 crearon juntos la Fundación Gente Nueva, que busca alternativas para los jóvenes de los barrios más populosos de la ciudad y aporta su cuota de esperanza para la modificación de la realidad social.
Graciela lidera la organización y fue profesora o directora en varias de las 10 escuelas que Gente Nueva impulsó. En el barrio Virgen Misionera se la reconoce por su tarea comunitaria y su trabajo en pos de una tierra legitima y legal para todos. En cada lugar que transita contagia su mística, su fe, su militancia y su inquietud intelectual.
Zulema Morales: es la presidenta de la Asociación de Recicladores Bariloche (ARB) desde el año 2003, cuando su creó, luego de dos años de capacitación de todos sus integrantes. La entidad surgió como una alternativa de subsistencia, cuando los planes laborales y la oferta de trabajos no era la suficiente, en medio de una severa crisis institucional en el país.
Antes del 2001, Zulema dedicaba su vida a tareas sociales: en un vivero que proveía alimentos a distintos comedores comunitarios y realizando tareas de limpieza.
Dueña de una humildad que cautiva, Zulema supo darle el impulso necesario a la entidad, logrando su reconocimiento en toda la sociedad.
Luego de la etapa de aprendizaje, esta mujer de 41 años y madre de 8 hijos, decidió darle lugar a la etapa de concientización. Por eso hoy visita colegios, establecimientos e instituciones, difundiendo la importancia de la separación en origen de los residuos.
A partir de su labor incansable y gracias a su simpleza, Zulema logró el reconocimiento no sólo de autoridades locales, provinciales y nacionales, sino también de la ciudadanía en general.
Hoy reconoce que dedica su vida a criar a sus hijos y a darle la contención que necesitan sus compañeros de la Asociación, para seguir adelante con tan noble tarea. Mientras tanto no descarta concluir sus estudios secundarios, objetivo que planifica para el futuro inmediato.