El barilochense es investigador adjunto de CONICET en el Instituto Leloir, e hizo un aporte fundamental en el descubrimiento de las “speed cells” también llamadas “células de velocidad”. Dicho descubrimiento terminó de darle la puntada maestra a una investigación ganadora del Nobel de Medicina en 2014.
En la sesión de este jueves, por iniciativa de JSB, se le entregó el premio al mérito científico a Emilio Kropff. El Presidente del Concejo, Diego Benítez, enmarcó el reconocimiento en una decisión del órgano de valorar los aportes que a distintas disciplinas y ciencias realizan miembros de nuestra comunidad.
Kropff, por su parte, agradeció la mención y destacó que se dé en un contexto en el que el país discute el financiamiento y la relevancia del desarrollo científico, con medidas de fuerza de investigadores. “Es una oportunidad para todos pensemos lo importante que es la ciencia para una sociedad. Todos podemos ayudar a producir más conocimiento”.
La información a nivel cerebral sobre la ubicación, posición y dirección del cuerpo es producida, integrada y procesada por diferentes tipos de neuronas en distintas estructuras. El conjuto de éstas conforman una especie de brújula interna y GPS del cerebro. En 1971, John M. O'Keefe descubrió las “place cells o células de lugar”. Luego, en el año 2004 May-Britt y Edvard Moser descubrieron las “grid cells o células grilla”. Y finalmente Emilio Kropff, trabajó junto al matrimonio Moser en el descubrimiento de las “speed cells o células de velocidad”: un tipo de neuronas que permiten a un sujeto estimar la distancia recorrida y por ende su posición únicamente en base al conocimiento de sus propios movimientos.
Oriundo de Bariloche, terminó el secundario en 1995. Sin un rumbo claro, sumergido en la música, cursaba materias de economía y de filosofía buscando respuestas a sus cuestionamientos fundamentales. Carente de encontrar lo que buscaba, cambió de ciencia y comenzó a estudiar Licenciatura en Física, descubriendo en la física las herramientas para entender y contemplar el mundo.
En 2003 se recibió de Licenciado en Física de la Universidad de Buenos Aires y desde entonces no dejó de crecer y generar grandes aportes a la ciencia contemporánea. Avanzando en su carrera como investigador, hoy es investigador adjunto de CONICET en el Instituto Leloir.