“Las casillas que en su gran mayoría están construidas con materiales de fácil y rápida combustión. Es por ello que arden antes de que los servicios de combate del fuego puedan hacerse presentes. En el caso de las pérdidas humanas, en muchos casos, niños, nadie podrá repararlas. Son vidas que año a año se pierden debido a las diferencias sociales y diferencias de oportunidades entre los diferentes sectores de nuestra sociedad”, evaluó.
Consecuentemente, Painefil consideró necesario “brindar una capacitación a todas aquellas personas que se encuentren en esta situación, y una herramienta que permita una acción inmediata al inicio del foco que produce el incendio, y así lograr impedir que el fuego se extienda devorando todo a su paso”. La etapa formativa en medidas de prevención y maniobras de extinción estaría a cargo de Protección Civil, mientras que a través del Plan Calor, en forma gradual durante 4 años, se entregaría a las familias un extintor de Polvo ABC de 1 kg con carga vigente.
En 2014, la Asociación Bomberos Voluntarios intervino en casi 400 incendios (entre viviendas, vehículos y forestales). El costo estimado de esa intervención, sólo en combustible, ronda los 450 mil pesos. A lo que debe añadirse, entre otros, los 120 mil pesos que destina la comuna a través del fondo específico para la reparación de viviendas incendiadas.