En ese marco, los vecinos detallaron que desde un principio estuvieron de acuerdo en que se haga un centro de entrenamiento, y destacaron el trabajo social de los voluntarios, pero aclararon que la comisión del barrio “tenía que convocar a una asamblea general extraordinaria para que opinaran los vecinos”. Al respecto, afirmaron que en 2015 se enteraron de la aprobación por los medios sin darles la oportunidad de convocar a asamblea.
También alertaron que si bien la norma no contempla una sede social, sí permite el esparcimiento de sus asociados, por lo que consideran que resulta ambiguo, con potenciales impactos ambientales y complicaciones en una zona con un único ingreso.
Los representantes de Bomberos Voluntarios, brindaron precisiones de la iniciativa, comprometieron evitar al máximo el desmonte y se mostraron dispuestos a consensuar las características del proyecto.
Los concejales subrayaron la buena voluntad de todas las partes y si bien ratificaron la vigencia de la Ordenanza sancionada, solicitarán al área de Planeamiento que informe los parámetros urbanísticos para el sector y a la Asesoría Letrada del Concejo que evalúe la viabilidad de incorporar algún instrumento legal en el que se consignen los acuerdos de usos y alcances del espacio.
Paralelamente, solicitaron que con esa información, la Junta Vecinal San Ignacio del Cerro convoque a una asamblea para conocer la postura de los vecinos, y que se establezcan los representantes y mandato expreso sobre el proyecto ante el Concejo, a los fines de evitar nuevos contratiempos.