Actualmente, Musiconautas, funciona con dos grupos de 10 niños y adolescentes respectivamente que estudian violín. Participan jóvenes del Barrio Frutillar, San Francisco, Los Coihues, Dina Huapi y de la zona céntrica.
Las limitaciones con las que se han encontrado son fundamentalmente de espacio, herramientas y horas docentes, dado que al ser un espacio sin fines lucrativos los docentes no tienen la posibilidad de disponer de todo su tiempo.
Chiocconi remarcó la importancia del espacio por la potencialidad de crecimiento que tiene, no solo individual -para cada uno de los chicos- sino colectivo y social; la intención de Musiconautas es conformarse como orquesta juvenil de la ciudad.
Las clases se dan los días sábados en la Sala de Teatro de El Brote, donde los alumnos además de formarse musicalmente, comparten un espacio de merienda. “Desde lo pedagógico y grupal se ha conformado un excelente funcionamiento, donde los chicos incorporaron la idea de lo autogestivo y colectivo, promoviendo el aprendizaje cooperativo que se despliega naturalmente entre los niños y jóvenes. Nuestra idea es que ellos puedan crecer como músicos”, concluyó Bascary.