puyehue

En un nuevo aniversario de la erupción de este cordón que afectó a la región, la directora de Protección Civil, Patricia Díaz, brindó al Concejo Deliberante un informe sobre los cambios en los protocolos y el comportamiento de la comunidad. Valoran que la población ahora es consciente de la posibilidad de una contingencia y sabe como actuar. También subrayaron la solidaridad de los vecinos y las mejoras en la coordinación de recursos.

Díaz participó este viernes de la comisión ampliada de Desarrollo Humano, al cumplirse 5 años de la erupción del cordón Caulle Puyehue. Consideró que en ese momento “por el recambio poblacional de la ciudad, no estaba en la memoria colectiva” la posibilidad de una contingencia de esa naturaleza. “Hoy está vigente, y la población entiende que vivimos en una zona volcánica”.
En relación a los aprendizajes que dejó aquel episodio natural, afirmó que “hay que coordinarse mucho mejor para una respuesta inmediata y que la población esté informada antes”. Hoy desde el hogar se puede acceder al seguimiento de la situación de los volcanes “y Protección Civil informa de inmediato cualquier variación en el comportamiento, para que lo sepan; no porque vaya a pasar algo, sino porque saberlo permite prepararse desde otro lado”.
Anticipó que el Ejecutivo produjo material gráfico que informa las posibles contingencias en la región y el contenido del kit de emergencia que debe prepararse en cada hogar. Ante un potencial nuevo episodio “el Estado le va informar a la población lo que debe hacer, con tiempo”, aseveró, valorando que en la erupción del Calbuco ocurrida el año pasado “hubo una gran diferencia en la región” con respecto a la reacción que se tuvo con la ceniza del Puyehue.
Finalmente, la Directora de Protección Civil comprendió que la comunidad científica hoy está muy ligada a la preparación de una contingencia, y que los voluntarios que tuvieron una actuación tan importante en la atención, hoy también se abocan a la planificación.
En la misma senda, la presidenta de la Comisión, Julia Fernández (JSB) evaluó que “el aprendizaje es que hoy está en la memoria colectiva la posibilidad de una erupción volcánica y también cómo actuar”. Y que en los momentos más complejos fue sorprendente “la solidaridad de toda la comunidad, de las organizaciones y los vecinos”.